viernes, 18 de marzo de 2016

Agradecer, Factor Protector de la Inteligencia Emocional


 “Después de 2 semanas de diario de agradecimiento, he entendido eso que dice que sólo dando, recibimos pues lo que recibí de vuelta fue el redescubrimiento de todo lo que tengo en mi familia, en mi esposo, en mi empresa, en mis amigos; he recuperado el sabor de mi vida, pensaba que mi vida era aburrida e insípida, pues no, la aburrida era yo con mi actitud. Ya no lo tomaré más por sentado. Ahora sí veo todas mis bendiciones y soy consciente de ellas día a día.” Cliente en Consulta de Inteligencia Emocional, Sincelejo, Colombia.

Sí, es cierto, dando es como recibimos. Este cliente estaba en un estado de tristeza grande, a punto de ir a la depresión porque no le veía sentido a su vida, no veía qué diferencia hacía si vivía o moría. Varias estrategias en inteligencia emocional, incluyendo el diario de agradecimiento, fue lo que desarrollamos en nuestro trabajo en conjunto y hoy su vida es totalmente diferente. Y es que la ciencia ha avanzado mucho en el tema, se ha podido comprobar la relevancia del agradecimiento en el estado emocional de las personas en todos los países y sociedades del mundo.

Entre otros, los estudios han demostrado que las personas que regularmente tienen como hábito el agradecer de corazón y de manera consciente todo lo que son o tienen, muestran un grado de protección a los eventos difíciles y traumáticos a los que nos enfrentamos diariamente. La gratitud se convierte así en un factor protector de inteligencia emocional que necesitamos estimular en nuestras vidas.

Se ha comprobado también la relación entre poca posibilidad de enfermedades coronarias como ataques al corazón con niveles altos de gratitud y estados de ánimo positivos así como, con más horas de sueño y menos posibilidades de inflamación de tejidos.

Otros estudios muestran que la gratitud fortalece el sistema inmunológico y estimula nuestras redes neuronales cuando logramos conciencia diaria de todo lo que tenemos y somos.

Adicionalmente, el saber agradecer, además, conlleva un rol social, que incentiva la activación de los valores de generosidad y solidaridad, lo que nos lleva a descentrarnos de nuestros problemas y necesidades, a mantener un punto de vista positivo de las situaciones y nos lleva a ser o considerarnos parte de la humanidad, nos aumenta el sentido de pertenencia a la especie humana. Es así como estudios han demostrado que por ello, ser agradecido aumenta también tus posibilidades de tener, hacer y mantener más amigos o relaciones interpersonales sanas y felices.

Algunos tips para reforzar este deseable hábito son:

1.   En tiempos de crisis personales, enfoca tu atención en lo bueno y bonito que es parte del mundo en que vivimos pero está afuera de nosotros. Muchas veces estamos tan concentrados en nuestros conflictos diarios (laborales, de relaciones de pareja, de relaciones con nuestros hijos, de deudas que pagar, de compromisos o metas que cumplir) que olvidamos todo aquello con lo que contamos de manera externa, que siempre ha estado ahí desde que el hombre es hombre y que nos hace la vida mejor; es todo lo que compone lo que llamamos la naturaleza, como el buen clima, la lluvia con sus gotas frías que alimenta la tierra, el olor de la tierra al llover, las flores de todos los colores, la nieve blanca, el azul del cielo, el aire que respiramos, etc.

2.   Cuenta tus bendiciones y siéntelas como valiosas. Los estudios sobre la pobreza y riqueza económica en países desarrollados como Japón y Noruega y en países en vía de desarrollo como India y Colombia muestran que no es precisamente el tener más o menos confort material o recursos económicos lo que te lleva a ser feliz si no, tu actitud frente a lo que tienes, el valor que le das a lo poco o mucho que tienes. Es por ello tan importante el revisar constantemente todo lo bueno que tenemos, recordarlo y valorarlo y no tomarlo como sentado. No es tener más lo que hace más feliz a una persona, es entender y valorar que lo que tenemos es lo que ahora nos hace esta vida posible, nos hace nuestra vida más cómoda y feliz.

3.   Lleva el diario de la gratitud. Es algo que trabajo en consulta y hasta ahora puedo afirmar que funciona de manera efectiva con todos mis clientes: Todas las noches, antes de acostarte, recuerda lo que has hecho en el día y apunta aquella cosa o aquellas cosas por las que te has sentido agradecido por ejemplo, por tener vivos a tus padres, por tener ese amigo que te hace reir, por tener un esposo que te abraza en la noche, por tener un carro que viejo o nuevo te lleva a tu trabajo, por poder ser testigo de los nuevos pasos de tu bebé en su proceso de crecimiento, por tener ojos para ver y así, podrás hacer una lista larga de cosas por las que agradecer.

4.   Llama y agradece a alguien que haya sido relevante en tu vida. Por dos semanas, todos los días ponte en la tarea de escoger 1 persona que ha sido para ti importante en tu vida porque te ha llevado a ser la persona que hoy eres y llámala y dile: “Hola XX, sólo llamo para decirte gracias. Gracias por estar en mi vida, gracias a ti aprendi XX o pude hacer XX o soy XX o tengo XX o he podido entender XX o he podido sentir lo que es XX.” También lo uso con frecuencia con mis clientes y lo que ellos reportan como respuesta del ejercicio es la calificación de momento impactante y supremamente positivo en sus vidas. 


Referencias

Barrett, P. (2012) Programa de Resiliencia Para Adultos. Brisbane, Australia: Barrett Research Resources Pty Ltd.

Bartlett, MY., Williams, LA. Warm thanks: gratitude expression facilitates social affiliation in new relationships via perceived warmth. Emotion, 2015 feb. 15(1) 1-5.

Emmons, R., McCullough, M. Counting Blessings vs burdens: an experimental investigation of gratitude and subjective well-being in daily life. Journal of personality and social psychology. 2003, vol. 84, No. 2, 377-389.

Madell, R. (2012) A dose of gratitude: how being thankful can keep you healthy. Healthline.

Sifferlin, A. (2015) Why being thankful is good for you. Time, Nov 23, 2015.