viernes, 27 de mayo de 2016

El Reconocimiento a los Otros: Factor de Inteligencia Social

Muchas son las veces que en consulta laboral, familiar y de pareja me he encontrado con que las personas no sabemos cómo ofrecer un reconocimiento a los detalles, funciones, acciones y comentarios que el otro hace y que nos mejora nuestra vida. Y no me refiero a reconocer sólo como el dar premios, medallas o algo por el estilo, me refiero al hecho sencillo de comunicar al otro que lo que él hace, yo lo veo, lo percibo y que es valorado y apreciado por mí.

Con el análisis que en conjunto hago con mis clientes y a través de los textos y cursos que he estudiado, he llegado a comprender que el reconocimiento desafortunadamente no es algo común ya que no es una práctica fomentada ni en la casa ni en la escuela ni en la sociedad en general pues, aunque sí se nos impulsa a decir gracias y a agradecer, no se nos enseña a reconocer los logros de los otros con palabras específicas y de manera constante; y, como apunte curioso, hasta me ha llamado la atención el que algunas personas me han expresado que lo sienten como un “pecadillo” porque aumentaría la vanidad y el orgullo del otro, atributos percibidos como defectos en algunas religiones y culturas. El asunto es que el reconocimiento, por un tiempo, parece haber sido “satanizado” tanto así, que existen los reconocimientos post mortem y éstos hasta apenas unos pocos años eran más habituales que los reconocimientos hechos en vida.  

Sorprendentemente, los estudios han demostrado cómo lo contrario, el validar las acciones de los otros, mejora sustancialmente nuestras relaciones y tiene efectos en nuestras vidas de distinta índole, por ejemplo, se ha hallado que es la falta de reconocimiento social lo que el 79% de los empleados en las empresas citan como la razón primordial para renunciar en una compañía (Temple, I., 2015). También se ha identificado que la validación es uno de los factores de inteligencia emocional esencial para ser desarrollado en casa y acrecentar la inteligencia social pues se ha encontrado la más alta correlación entre una niñez, adolescencia y adultez inteligente emocionalmente con la presencia de padres amorosos (que no permisivos) que comunican y expresan constantemente a su hijo sus sentimientos y que reconocen y validan las acciones y logros que todos realizan en la familia.

Por ello, por ser factor de inteligencia emocional y social, hoy comparto contigo 4 tips para darle la validación y reconocimiento al otro de manera adecuada que mejorará esas relaciones sociales de tu vida.

1.   Expresar el hecho y no exagerar el sentimiento. En este punto es importante no confundirse con alabar o adular que es muy diferente a reconocer o validar y que por la emoción, a veces se nos pasa. Para validar una acción o logro, el enfoque se centra en lo que la persona hace; por ejemplo: “Luis, he observado que manejas un lenguaje más profesional al dirigirte a los clientes en tus emails. Muy bien por ti.”

2.   Evitar el narcisismo y reforzar la autoestima sana. Esta es la razón implícita, parte del miedo en nuestra sociedad, al reconocer logros y es lo que la ciencia ya ha comprobado a través de numerosos estudios: un reconocimiento expresado inadecuadamente puede llevar al narcisismo. La investigación más reciente es un estudio longitudinal en Holanda del que se encontró que, especialmente con los niños pequeños, aquellos cuyos padres decían “eres muy especial”, “eres maravilloso”, “eres lo mejor del mundo” desarrollaban un ego inflado y un narcisismo incontrolable, tipo “emperadorcito” (Brummelman, E., 2015).  Mientras que, los padres que sólo mostraban que los amaban y así lo expresaban sin hacerlos sentir extra especial, ayudaban a generar autoestima sana en los niños. Es decir, evitemos generar comentarios absolutistas que inflen el ego, evitemos eso de: “eres lo más …”

3.   Reconocer el hecho en el momento en que se presenta. También se puede hacer como fruto de varias acciones, sin embargo, es mucho más asertivo hacerlo cuando se presenta. Por ejemplo, con la pareja, si llega constantemente tarde a casa del trabajo y es algo que se aprecia, decirle: “Amor, gracias por llegar temprano a casa hoy para estar más tiempo compartiendo conmigo.”

4.   Acompañar las palabras con gestos no verbales. Un abrazo, una sonrisa, un beso, una palmadita en la espalda o el hombro, agarrar la mano del otro, todos estos son gestos que vienen bien al hacer el reconocimiento verbal. Claro todo depende del contexto; en el laboral, es muy usual la palmadita en la espalda y, entre parejas, un beso, ¡que no lo contrario! ;)  

Referencias

Barrett, P. (2011) AMISTAD para siempre. Brisbane, Australia: Barrett Research Resources Pty Ltd.

Brummelman, E., Thomaes, S., Nelemans, S., Bram, O., Overbeek, G., Bushman, B. Origins of narcissism in children. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 2015 vol. 112, 12, 3659 – 3662.

Nelsen, J. (2009) Disciplina Positiva. Ediciones Ruz. México.

Nuñez, G. (2016). Educando con propósito. Panamericana Formas e Impresos S.A. Bogotá.

Siegel, D. Bryson T. (2012) El cerebro del niño. 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. Barcelona: Editorial ALBA

Temple, I. El poder del agradecimiento. El Comercio, 17-03-2015, Perú. 

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