Con
el análisis que en conjunto hago con mis clientes y a través de los textos y cursos
que he estudiado, he llegado a comprender que el reconocimiento desafortunadamente
no es algo común ya que no es una práctica fomentada ni en la casa ni en la
escuela ni en la sociedad en general pues, aunque sí se nos impulsa a decir
gracias y a agradecer, no se nos enseña a reconocer los logros de los otros con
palabras específicas y de manera constante; y, como apunte curioso, hasta me ha
llamado la atención el que algunas personas me han expresado que lo sienten como
un “pecadillo” porque aumentaría la vanidad y el orgullo del otro, atributos
percibidos como defectos en algunas religiones y culturas. El asunto es que el
reconocimiento, por un tiempo, parece haber sido “satanizado” tanto así, que
existen los reconocimientos post mortem y éstos hasta apenas unos pocos años eran
más habituales que los reconocimientos hechos en vida.
Sorprendentemente,
los estudios han demostrado cómo lo contrario, el validar las acciones de los
otros, mejora sustancialmente nuestras relaciones y tiene efectos en nuestras
vidas de distinta índole, por ejemplo, se ha hallado que es la falta de
reconocimiento social lo que el 79% de los empleados en las empresas citan como
la razón primordial para renunciar en una compañía (Temple, I., 2015). También
se ha identificado que la validación es uno de los factores de inteligencia
emocional esencial para ser desarrollado en casa y acrecentar la inteligencia
social pues se ha encontrado la más alta correlación entre una niñez, adolescencia
y adultez inteligente emocionalmente con la presencia de padres amorosos (que
no permisivos) que comunican y expresan constantemente a su hijo sus
sentimientos y que reconocen y validan las acciones y logros que todos realizan
en la familia.
Por
ello, por ser factor de inteligencia emocional y social, hoy comparto contigo 4
tips para darle la validación y reconocimiento al otro de manera adecuada que
mejorará esas relaciones sociales de tu vida.
1.
Expresar
el hecho y no exagerar el sentimiento. En este punto es importante no confundirse
con alabar o adular que es muy diferente a reconocer o validar y que por la
emoción, a veces se nos pasa. Para validar una acción o logro, el enfoque se
centra en lo que la persona hace; por ejemplo: “Luis, he observado que manejas
un lenguaje más profesional al dirigirte a los clientes en tus emails. Muy bien
por ti.”
2.
Evitar
el narcisismo y reforzar la autoestima sana. Esta es la razón implícita, parte
del miedo en nuestra sociedad, al reconocer logros y es lo que la ciencia ya ha
comprobado a través de numerosos estudios: un reconocimiento expresado
inadecuadamente puede llevar al narcisismo. La investigación más reciente es un
estudio longitudinal en Holanda del que se encontró que, especialmente con los niños
pequeños, aquellos cuyos padres decían “eres muy especial”, “eres maravilloso”,
“eres lo mejor del mundo” desarrollaban un ego inflado y un narcisismo
incontrolable, tipo “emperadorcito” (Brummelman, E., 2015). Mientras que, los padres que sólo mostraban
que los amaban y así lo expresaban sin hacerlos sentir extra especial, ayudaban
a generar autoestima sana en los niños. Es decir, evitemos generar comentarios
absolutistas que inflen el ego, evitemos eso de: “eres lo más …”
3. Reconocer el hecho en el momento en
que se presenta. También se puede hacer como fruto de varias acciones, sin
embargo, es mucho más asertivo hacerlo cuando se presenta. Por ejemplo, con la
pareja, si llega constantemente tarde a casa del trabajo y es algo que se
aprecia, decirle: “Amor, gracias por llegar temprano a casa hoy para estar más
tiempo compartiendo conmigo.”
4. Acompañar las palabras con gestos no
verbales. Un abrazo, una sonrisa, un beso, una palmadita en la espalda o el
hombro, agarrar la mano del otro, todos estos son gestos que vienen bien al
hacer el reconocimiento verbal. Claro todo depende del contexto; en el laboral,
es muy usual la palmadita en la espalda y, entre parejas, un beso, ¡que no lo
contrario! ;)
Referencias
Barrett,
P. (2011) AMISTAD para siempre. Brisbane, Australia: Barrett Research Resources
Pty Ltd.
Brummelman, E.,
Thomaes, S., Nelemans, S., Bram, O., Overbeek, G., Bushman, B. Origins of
narcissism in children. Proc.
Natl. Acad. Sci. USA 2015 vol. 112, 12, 3659 – 3662.
Nelsen,
J. (2009) Disciplina Positiva. Ediciones Ruz. México.
Nuñez,
G. (2016). Educando con propósito. Panamericana Formas e Impresos S.A. Bogotá.
Siegel,
D. Bryson T. (2012) El cerebro del niño. 12 estrategias revolucionarias para
cultivar la mente en desarrollo de tu hijo. Barcelona: Editorial ALBA
Temple,
I. El poder del agradecimiento. El Comercio, 17-03-2015, Perú.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario