jueves, 11 de enero de 2018

La Espiritualidad y la Inteligencia Emocional

Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha mantenido una serie de creencias que le han llevado a construir relaciones con seres extraordinarios que cuidan y protegen la tierra, el cielo y el “más allá”. A estos seres les ha llamado dioses y espíritus, entre otras, y los ha clasificado según funciones y rangos de importancia.

Adicionalmente, en todos los mitos, creencias y religiones, el hombre se ha considerado a él mismo como un ser con un espíritu y a cada uno de los habitantes del planeta,  animales o plantas, especialmente en algunas religiones, les ha dado calidad de espirituales.

En este artículo no hablaré de si es real o no los mitos, creencias y textos religiosos que cuentan sobre estos seres y sus cualidades, ése no es el propósito, ni lo es el formar juicios sobre ello, pero sí que mencionaré los beneficios que proveen para nuestra inteligencia emocional.

Dentro de los favores que nos hace el tener una vida con espiritualidad, están:

+ La tendencia a la tranquilidad - Las personas que creen que Dios tiene el poder de todo lo que sucede, específicamente en crisis, suelen eliminar la carga emocional que viene de la idea de tener el control de todo y que todo lo que pasa es nuestra culpa o responsabilidad. Esto hace que sean personas más sosegadas en su vida diaria. Hacen hasta donde creen que pueden porque están seguras de que Dios tiene el control. Aquí la parte un poco peligrosa es que pueden quedarse en la inacción y no explorar su recursividad y creatividad para resolver problemas por “dejar todo en manos de Dios” y claro, no se puede dejar todo en manos de otro, hay que empoderarse y asumir la responsabilidad de las decisiones y de la vida misma.

+ La presencia del agradecimiento – Como ya he planteado en otros escritos, el agradecimiento es una virtud para la inteligencia emocional. Es fuente de felicidad en la vida de muchos pues genera la conciencia personal de lo que tenemos y somos que, algunas veces, la perdemos en nuestras actividades del día a día donde sólo resolvemos problemas y olvidamos nuestras bendiciones.

+ Red de apoyo fuerte – Generalmente, al integrarte o ser parte de alguna religión o grupo espiritual, vas formando una red de apoyo constituida por personas con las que compartes esas creencias. Y, como ya sabemos, las redes de apoyo originan varios privilegios entre ellos: alcanzar el sentido de pertenencia requerido para vivir en bienestar con los demás y obtener protección, soporte y socorro para momentos difíciles, dolorosos y críticos.   
 
(Adaptado del artículo escrito para el periódico de Canadá, Correo Canadiense)


*Psicóloga y Coach online, Master en Neurociencias, certificada en Inteligencia Emocional. www.jasselarzuza.com

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