“Con todo y que le pedí perdón, él sigue
revisando mis correos, mis mensajes de celular, mis WhatsApp y hasta mi
Facebook! Esto es muy duro para mí y lo peor: creo que no recuperaré su
confianza en mí, nunca más”
-Los
celos son estados afectivos naturales y todos los sentimos.
-Definición
de celos: cuidado e interés en aquello que se ama; inquietud y pesar ante la
sospecha de perder lo que se ama.-Pueden tener origen genético, evolutivo, biológico y afectivo-social.
-La monogamia social se presenta en sólo unos animales.
-La monogamia sexual es muy rara en la naturaleza, casi exclusiva del ser humano.
-El ser humano es naturalmente, como cualquier otro animal, polígamo sexual.
-De 185 sociedades humanas sólo 29 son monógamas.
-50% de los hombres y 30% de las mujeres occidentales admite haber sido infiel a su pareja por lo menos una vez.
-Para el ser humano es natural el caminar, no lo es patinar ni tocar un violín y sin embargo, son acciones posibles y factibles, así que la monogamia sí es posible, tal como el arte que se cultiva y se disfruta, aunque no sea natural.
-Natural es una bacteria y un virus pero no necesariamente bueno para el hombre; así pasa con la poligamia, es lo natural para el ser humano pero, entre otras razones, por sus implicaciones genéticas, no es lo evolutivamente bueno ni inteligente.
Retomemos
el concepto de monogamia social. La monogamia, explicado por la primatóloga
estadounidense Amy Porter, es un constructo completamente social y evolutivo
pues son los animales cuyas crías son frágiles, los que lo desarrollan. Es así
como según esta teoría, en la monogamia social, machos y hembras forman parejas
estables sólo para cuidar de sus crías; si el macho o la hembra salen a buscar
comida y en el camino se encuentran con otra pareja en celo, no tienen
inconveniente alguno de involucrarse con ella y volver a su hogar sin problema.
Conceptos subyacentes: celos y supervivencia evolutiva.
Sin
embargo, hay hoy otras dos teorías más, fundamentadas en estudios recientes,
uno de ellos publicado por “Science 2” en Agosto de este año, donde se estudió
2545 especies de mamíferos. En él, analizados los resultados, se afirma que la
monogamia social en los mamíferos surgió luego de que la intolerancia de los
machos frente a sus congéneres fuera tan alta, debido a que no podían evitar
que otros machos cortejaran y fecundaran a sus hembras, que eso les obligó a
generar una estrategia de adaptación que les asegurara su propia descendencia:
la monogamia. Conceptos subyacentes: celos y supervivencia evolutiva.
El
“Proceedings of the National Academy of the United States of America” (PNAS) publicó en Junio de este año otro estudio
que establece al infanticidio como el factor causante de la monogamia social en
primates. En éste, se estudiaron 230 especies de primates y se explica cómo por
ser las crías de nuestra especie altriciales (débiles al nacer) y que requieren
de largos períodos de lactancia, estando la madre sola sin la compañía del
padre en la crianza (crianza monoparental), los deja indefensos para que los
otros machos de la especie los asesinen. De tal forma que, los primates más
desarrollados, al ser padres de las
crías, para evitar el infanticidio, desarrollaron como estrategia el cuidado
biparental y así surgió la monogamia social. Conceptos subyacentes: celos y
supervivencia evolutiva.
Sea
una teoría u otra, todas apuntan a que la monogamia responde a supervivencia
evolutiva y a los celos, entendidos estos en sus dos acepciones: como cuidado e
interés en lo que se ama e inquietud ante la sospecha de perder lo que se ama.
Entonces,
los celos sí son algo natural en el ser humano y en los primates, seres que
cuidan, quieren y no desean perder aquello que se ama.
Ahora
bien, la monogamia sexual sí es un concepto casi que exclusivamente humano,
compartido por algunas sociedades y fuertemente recomendado en algunas
religiones como la judeo-cristiana. La sociología, la psicología evolucionista,
la bioquímica, las neurociencias y la socioantropología son algunas de las
ciencias que se han dedicado a estudiar el surgimiento del concepto.
Es
importante entender aquí, que fuera de generar debates de ética, religión,
creencias o costumbres, el objetivo de este artículo es compartir los
resultados de las investigaciones científicas.
Con
ello explico que, más allá de la religión o las creencias sobre las relaciones
interpersonales que se tengan, los estudios científicos reportan que la decisión
de los seres humanos de fortalecer el concepto de monogamia sexual tiene varias
razones: búsqueda de sanidad sexual (evitar la transmisión de enfermedades
sexuales), apoyo sostenido en la crianza (generación del núcleo familiar),
garantía de descendencia, perpetuación de la especie, protección de los bienes
y propiedad (mantenimiento de la clase económica), mejoramiento de la clase
económica (aumento de ingresos con la unión de fuerza laboral), aseguramiento de jerarquía social (matrimonios
por conveniencia), conservación de creencias religiosas (matrimonios por
pertenecer a la misma comunidad religiosa), preservación cultural y herencia
ideológica (matrimonios por costumbres culturales, creencias y misma ciudad o
país de origen), por compañía (para no envejecer solos), por valores
socioafectivos (amor, cariño, seguridad emocional), entre otros.
Hay
además, otro componente en la monogamia sexual muy interesante que está dando
mucho de qué hablar en el mundo científico y que apenas desde hace algunos años
se está estudiando y es el de la bioquímica y la genética. Su importancia
radica en que algunos estudios muestran que la monogamia viene dada por cambios
permanentes en los cromosomas que pueden determinar crías monógamas (factores
epigenéticos). Es decir que, en teoría, la monogamia sexual se podría presentar
en una generación y transmitirse a la otra generación. Resulta que la monogamia,
según estudios en los ratones de la pradera que muestran una alta tasa de
monogamia sexual, depende también de unas hormonas secretadas en el cerebro (neurotransmisores
vasopresina, dopamina y oxitocina) y sus receptores. Dependiendo del
funcionamiento de los receptores y del comportamiento y cantidad secretada de
estas hormonas en el cerebro, hay o no una tendencia a la monogamia. El
experimento demostró que al inyectar sustancias que generan la presencia de la
monogamia, ésta se mantuvo en la relación de la pareja (Wang, H., 2013).
Ahora
bien, está demostrado que en los seres humanos hay cantidades variadas de
oxitocina, dopamina y vasopresina por individuos (unos tienen más, otros tienen
menos) y que estas cantidades juegan un papel importante en la predisposición a
la infidelidad. Con lo cual el panorama se convierte en uno más difícil pues,
bioquímicamente, se cumpliría eso de “una vez que se es infiel, siempre se es
infiel” es decir, aunque no quieras afectivamente herir a tu pareja, el factor
bioquímico puede jugarte una mala pasada (Laslocky, 2013) y así, de alguna
manera, los celos entre las parejas humanas quedarían muy justificados.
En
fin, entre más ahondamos en el tema, es fácil comprender por qué ser infiel y
ser celoso es natural entre los seres humanos y así le quitamos el color y el
rechazo social que tanto genera. Añadámosle ahora las experiencias personales
previas con la pareja actual y con parejas anteriores, y ahora, añadámosle las
experiencias culturales, y ahora, añadámosle las experiencias familiares. En
palabras concretas: si has tenido parejas que han sido infieles o si tu pareja
actual te ha sido infiel, si has crecido en una cultura donde la infidelidad es
alta y consentida, si has sido criado en una familia con un alto índice de
infidelidad, pues resultará que, socialmente, además de biológica y
evolutivamente, tú, yo y nosotros, todos tenemos un alto grado de probabilidad
de experimentar celos en algún momento de nuestras vidas y aún más, de llegar a
los niveles de celos patológicos.
¿Cómo
hacer para que esos celos no terminen con la ya difícil tarea de mantener la
monogamia sexual? Primero que todo, hay que tener claro que los celos, al igual
que todos los temas de pareja, se deben tratar con la pareja, es decir, para
que la relación pueda ser funcional, los acuerdos y cambios de comportamiento
deben ser consensuados hasta cierto punto y se requiere del compromiso de los
dos. Dicho esto, he aquí algunos tips:
1.
Estrategias – Observa los momentos que te hacen sentir desconfianza de tu pareja.
Analízalos y luego conversa sinceramente con tu pareja y explícale los momentos
en que sus palabras o acciones activan en ti los celos. De manera tal, que
puedan acordar qué estrategias utilizar para evitar la aparición de esas
palabras o conductas. Si no encuentran esas estrategias, busquen ayuda
profesional que les haga el acompañamiento psicológico adecuado.
2.
Comuníquense – Una de las quejas constante en la consulta es la comunicación
ineficiente entre las parejas que lleva a la desconfianza. Para evitar mayor desconfianza, pídele a tu pareja
que evite omisiones de sus actividades, de las personas que frecuenta o de los
planes que le surgen; pues, aunque no esté siendo infiel, pero ya tenga en su
haber algún desliz, suceden situaciones como esta: dejar a tu esposo en la
oficina porque tiene una cita urgente con un cliente importante y 30 min. después
salir con tus amigas al “Juan Valdez” y encontrarlo con su bella asistente
compartiendo un café. Esta situación puede activar tus celos inmediatamente, aunque
luego él te explique que al terminar la reunión, ella le pidió que lo acompañara
porque quería celebrar el inicio de su noviazgo con aquel amigo de infancia.
3.
Mantente ocupado – Cuando tienes actividades diarias que atender: trabajo, hobbies,
deportes, pintura, escultura, fotografía,
etc., esto mantiene tu mente llena de ideas positivas y enfocadas en la
actividad que estás atendiendo. Lo cual distrae tu mente de ideas sobre lo que
estará haciendo tu pareja sin ti.
4.
Asóciate – Asóciate a grupos de oración, de costura, de ciclistas, de lectores,
a organizaciones o fundaciones con actividades sociales y comunitarias; la
asociación que tú quieras pero que sea con fines constructivos y positivos. Esto
te permitirá sentirte bien contigo mismo, conocer más gente, ampliar tu círculo
social y compartir con personas diferentes a tu pareja, lo cual te generará más
seguridad y ampliará a su vez, tu mentalidad e ideas sobre las relaciones de parejas.
5.
Libérate – Evita los pensamientos negativos y sobre todo, evita las fantasías
sobre lo que pueda estar haciendo tu pareja a través de ayudas cognitivo
conductuales como repetición de pensamientos o frases positivas: “Yo soy una
persona muy valiosa. Soy deseado por mi pareja que me eligió y está conmigo
porque me quiere y me valora”.
6.
Juntos – Comparte actividades con tu pareja y sus amigos, compañeros y
familiares para que los conozcas y sientas que participas del mismo círculo.
7.
Terapia – Asiste a terapia cuando sientas que ya no puedes controlarte y estás
dañando tu relación a un punto de no retorno.
Referencias
Laslocky, M. (2013) The Little Book of Heartbreak: Love Gone Wrong Through the Ages. Plume/Penguin.
Wang, H.; Duclot, F.; Liu, Y.; Wang, Z.; Kabbaj, M. (2013). Histone Deacetylase Inhibitors Facilitate partner Preference Formation in Female Praririe Voles. Nature Neuroscience 16, June 2013, pp. 919 – 924.
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