Las
redes sociales han venido para quedarse y, como todo elemento innovador
tecnológico, produce cambios en las actitudes, hábitos y comportamientos
humanos. E, igual que como pasa con cualquier cosa, el abuso o uso inadecuado
puede resultar poco beneficioso aunque, en el uso conveniente sí que puede
ayudarnos y ser indicador de conductas en la pareja que antes, a duras penas,
se podían ver en una relación de noviazgo o de corto matrimonio y, de eso,
trata este artículo de cómo usar las redes sociales en pro del amor verdadero y
como medio para la construcción útil en nuestro camino de ser mejores personas
y parejas.
En
el caso de la cliente que cito, aunque fue duro el impacto recibido con la
infidelidad de su exesposo, fue útil la red social porque fue el único
indicador que le llevó a desconfiar de su esposo al punto de encontrar que sus
sospechas eran bien fundadas. Siendo un hombre tan sigiloso y cuidadoso, nunca
nadie hubiera podido dudar de su fidelidad, sólo por su negativa de publicar
más fotos de ellos dos de un momento para otro, sin más explicación, fue que
las sospechas surgieron. Y recordé entonces, otros casos de parejas con hombres
igual de cuidadosos que llevaron relaciones de pareja extramatrimoniales
estables y con hijos fuera del matrimonio por más de 30 años, que nadie jamás
dudó de su fidelidad y que sólo se enteraron al morir el esposo. Sí, toda una
vida de engaños y la mujer sin tener a quién reclamar y con quién discutir lo
sucedido para encontrar dónde estuvieron las fallas y mejorar, lo cual hizo
mucho más difícil el comprender la situación y el proceso de sanación y el
perdón en ella, en el caso de mi cliente, en cambio, por delatarlo al señor el
FB y ella darse cuenta a tiempo, sí lo pudimos afrontar, encontrar los puntos
de oportunidad en ella, trabajarlos y resolver. Hoy se encuentra ya en otra
relación de pareja en una versión mejorada y con una persona que ama y le ama,
que le es fiel y la respeta.
Pero
no sólo para descubrir a parejas astutas y abusivas he visto la utilidad, sino
también para medir el grado de inseguridad y necesidad de aprobación de la
pareja y trabajar en ello cuando la necesidad es no sana. He tenido casos de
parejas cuyo conflicto ha radicado en la necesidad de uno de los dos por publicar
todos y cada uno de los momentos que viven. Al iniciar el trabajo con ellos y analizar
las circunstancias, hemos descubierto que hay en el fondo una inseguridad de la
señora por mostrar al mundo que era feliz y que su esposo y ella eran felices
porque desde pequeña ha necesitado la aprobación de sus padres, luego de sus
profesores y amigos y luego, de todos los demás, para sentirse feliz sólo que
nunca había sido tan notorio como para pensar en la necesidad de buscar ayuda
profesional pero, por las redes sociales, quedó expuesta su necesidad.
Trabajamos, entonces en ese reto, la señora pudo tener la oportunidad de tratar
un tema que no había sido percibido pero que sí la estaba afectando a ella y en
su crianza a sus hijos que también los estaba educando fomentando en ellos la
necesidad de aprobación y, consecuentemente, la pareja y la familia en general,
pudo seguir en su relación de manera armónica.
Increíblemente,
también he observado cómo ha servido de reforzador de las relaciones. Tuve un
caso en el que el esposo había perdido todo interés en la relación y había
decidido tomarse un tiempo para reflexionar sobre la misma mientras aprovechaba
un curso en Europa de tres meses que la empresa le había solicitado tomar. Pues
bien, en esos tres meses en los que trabajamos en su proceso de análisis en
terapia, uno de los ejercicios que acordamos realizar fue recordar momentos en
que había habido mucho amor entre los dos y satisfacción con la relación para
identificar los elementos que los hicieron memorables y felices. Para ello, él
decidió usar el FB y el IG de los dos para que le sirviera de guía en sus
recuerdos pues, simplemente, no recordaba nada de lo bueno de la relación, sólo
estaba enfocado en lo aburrido y en lo que veía como negativo. Poco a poco en
esos meses, al llevar juntos su análisis de las fotos y las publicaciones, ver
las fotos juntos en la sesión, obligándose a recrear lo vivido al contármelo, entonces,
pudo recordar los momentos, hallar qué lo unía a su mujer, recordar porqué
habían decidido casarse y determinar en qué momento comenzó a desdibujarse su
relación. Finalmente, al regresar a América, lo hablamos los tres, hicimos un
plan de trabajo para la pareja y hoy siguen felizmente casados y además, lo más
importante, con la convicción de seguir casados por conocerse y reconocerse sus
valores como pareja día a día y nutrirlo, y no, por compromiso social o
financiero u otras razones diferentes.
Otro
caso muy interesante fue el de un cliente que, de entrada, a la primera sesión,
me dijo que odiaba FB y que se había salido de las redes porque era lo que le
había dañado su matrimonio ya que en varias de las fotos que publicaba un amigo
de la oficina, por pura casualidad, estaba él con una compañera de trabajo y su
esposa se había puesto celosa y le había reclamado y él no soportaba que
sospechara de él. Varias sesiones después, decidieron divorciarse porque la
señora tomó la decisión de no tolerar más la situación de “matrimonio feliz de
apariencias” pues era recurrente en él los “affairs” con sus compañeras de
trabajo y, aunque en el pasado siempre lo habían llevado de manera muy íntima,
éste fue el detonante que estalló en ruptura. Lo curioso fue que a los tres
meses de divorciarse, el señor hizo pública su relación con la compañera de
trabajo de las fotos de FB. La señora, por su parte sí siguió el proceso de
terapia pues a través de las sesiones entendió que tenía una tendencia de
buscar compañeros con ese mismo patrón ya que, había sido una constante en su
vida que no quería más y es lo que estamos trabajando actualmente en ella para
poder sanar ella y tener una relación sana con otra persona, prontamente.
Entonces,
no, no fue FB el culpable de la terminación de un matrimonio como el señor, lo
quería hacer ver, sólo fue el detonante final de una dinámica no útil en ambos,
como pareja, que los había llevado allí.
Y,
con esto, termino la idea de que no son las redes sociales o cualquier tipo de
tecnología lo que genera en una persona un comportamiento específico, lo
resaltan, sí, y, en algunas ocasiones, lo descubren. Con lo cual, somos
nosotros los que sí tenemos la opción de tomar una actitud útil o no útil:
decidir satanizar la tecnología, excusarnos en ella y reprimir una oportunidad
de mejora o, por el contrario, hacer uso de ella a nuestro favor y utilizarla
como medio para potencializar nuestras virtudes o trabajar nuestras áreas de
oportunidad a manera personal, familiar y en nuestras relaciones de pareja en
esta era del amor en los tiempos de las redes sociales.
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ResponderBorrarDesde antes de el comienzo de las redes sociales hemos buscado una forma de librarnos de las acciones que inconscientemente sabemos que hemos realizado mal, como era de esperarse las redes sociales no iba a ser una excepcion debido a que ahora pasamos mas tiempo pendiente a estas que otras cosas en la vida.
ResponderBorrarEsta herramienta nos resulta bastante útil y eficaz para conocer mas acerca de determinada persona, en cada foto que subimos o en cada contacto que tenemos estamos facilitándole al mundo tener acceso a esa parte que reflejamos de nosotros, esa parte que muchos de nosotros queremos que se muestre perfecta y en ocasiones sin querer ocasiona el efecto contrario, lo que nos permite culpar a las redes sociales de los actos que cometimos por medio de estas.