No
tiene que ver con que sean hombres o mujeres, niños, jóvenes, adultos, o, ancianos
también puede ser tu hermano, tu papá, tu pareja, tu “mejor amigo”, tu jefe, tu
compañero de equipo y hasta tu hijo de 4 años porque es que los hay de todos
los tipos: encantadores, de “carácter fuerte”, coquetos, sensuales, “mártires”,
pícaros, “santitos”, o, “religiosos”, astutos, socarrones, “tira la piedra y esconde la mano”, el asunto es
cómo identificarlos para evitar meternos en ese lío.
Lo
primero que hay que saber para prepararse frente a un posible abusador es que el abuso siempre se da a nivel intelectual
y emocional, aunque no siempre, a nivel físico. Es decir, no te autoengañes pensando que “como no me
ha tocado un pelo, no puedo ni decir, ni pensar, que es un abusador”, no.
Si estamos hablando de una
persona que ejerce control sobre ti y te obliga, de alguna manera, a tomar
decisiones, decir palabras o hacer cosas que no quieres, es un abusador.
Estas
personas, tienen comúnmente, una baja autoestima resultado de una notable
inmadurez psicológica o emocional y no logran relacionarse con los demás de
forma adecuada. Es decir, desarrollaron una incapacidad para entender que en
las relaciones hay reciprocidad y que éstas son de doble vía pues, en su
inmadurez (se quedaron de 3 años y se siguen creyendo el cuento de Disney, y
juran y perjuran, en su mente, que son princesas y príncipes) están siempre
convencidos de que ellos se merecen todo lo que deseen y que el mundo gira en
torno de sus deseos y caprichos, sin tener que dar nada a cambio ni considerar
al otro en la consecución de sus metas.
Algunos
de sus rasgos más notorios son:
·
Muestran
una “doble personalidad”: unos momentos son tan amables, queridos y
encantadores que no puedes si no “enamorarte” de ellos y, de repente, o en
otros momentos, saltan comentarios sarcásticos, burlones, o, los ves tomando
decisiones, o, acciones crueles y desconsideradas con los otros que te dejan
con la “boca abierta”.
·
Son
celosos, posesivos y demandantes e intensos cuando tienen un objetivo y, en lugar
de pedir un favor, te lo ordenan, o, si lo piden, la forma en que lo hacen es
como si fuera una orden y lo quieren “para ya” y sin importar lo que tú tengas
que hacer para ello, o, lo que tengas que dejar de hacer para complacerles.
·
Como
tienen baja tolerancia, pues no consideran a los otros, desarrollan un
temperamento explosivo cuando no consiguen lo que quieren: gritan desesperados,
golpean cosas, hacen gestos violentos, te amenazan a nivel psicológico (ya sea con
el papel de víctima o el rol de agresor manipulador) haciéndote sentir
culpable, minimizando siempre tus necesidades y sentimientos y sobrevalorando
sus necesidades y sentimientos. Este comportamiento, evidentemente, es uno de
los que más funcionan contra sus víctimas pues ésta se siente responsable de
las necesidades y sentimientos del abusador y le sirve a sus propósitos
egocéntricos, dejándose abusar.
·
Siempre
culpan a los demás de sus propios problemas, irresponsabilidades y manejos
inadecuados de situaciones financieras, laborales y emocionales. Algunos llegan
a usar de excusa a “Dios”, al universo, a la suerte, a sus múltiples ocupaciones,
o a que “me odian, me envidian, me la tienen montada” pues, nunca se hacen
cargo de sus errores, y, por supuesto, evitan al máximo disculparse pues, además
les queda difícil ya que, en su inmadurez, de verdad, creen que tienen la
razón.
·
Tiene
una aguda percepción de los puntos débiles de la víctima así que se burla, juzga
a la víctima, la amenaza, la insulta, la ataca verbalmente (generalmente
primero en privado, y, luego, al escalar, amenaza constantemente con hacerlo en
público, o con hacer algo en público que dañe su imagen o nombre frente a la
sociedad, fomentando más miedo en la víctima que sigue cumpliendo con sus
demandas desconsideradas), y en, extremos, la ataca físicamente (iniciando en
privado y luego, en público).
·
Tiene
una idea totalmente irreal de sus capacidades y de lo que es y vale para la
sociedad. Por ello, cree tener los grandes negocios en sus manos todo el tiempo
y ser el mejor candidato para obtener los cargos más altos o, la pareja más
deseada, con lo cual, vive en un mundo de expectativas mágicas y fantasiosas de
lo que puede obtener y ser que, evidentemente, nunca se cumplen pero que,
siempre es por alguna razón diferente y externa a sí mismo.
Es
importante que entiendas que esa persona requiere ayuda profesional y que tú
también pues, un abusador sólo existe cuando hay una víctima que tiene el
perfil perfecto para jugar ese rol. Ese perfil sólo está cuando una persona
tiene tal baja autoestima que, le permite ser abusada y ejercer una posición
sumisa, lo que se traduce en que es posible que sea una persona sin firmeza,
sin empoderamiento alguno en sus capacidades emocionales y poca seguridad
interior.
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