“Ya ni sé claramente cómo pasó, sólo EXPLOTÉ y dije cosas de las
que ahora me arrepiento tanto…”
¿Qué hacer para no explotar y comunicar efectivamente nuestros
sentimientos? La mayoría de las veces explotamos cuando nos sentimos abusados
de alguna manera, manipulados o decepcionados; cuando sentimos que lo que nos
piden hacer/decir o lo que nos han hecho/dicho es injusto, insensato, ilógico,
inmoral o dañino para otros o para nosotros mismos. Sin embargo, cuando nos han
maltratado, muchas veces decidimos callar y “aguantar” lo que pensamos y
sentimos, o, si es el caso, terminamos accediendo a lo que se nos pide en
contra de nosotros mismos, de nuestras convicciones. Algunas veces porque nos
lo pide o nos lo dice alguien que ejerce poder sobre nosotros, como en el caso
de un superior en el área laboral; otras, por miedo a perder el afecto de
alguien, como pasa con un amigo, un familiar o nuestra pareja; y, otras veces más,
por miedo a que cuando necesitemos ayuda, nos la nieguen por no acceder a hacer
lo que pide el abusador, como puede suceder con un colega.
Por cualquier razón, el no expresar nuestra inconformidad con lo
que se nos propone o se nos ha dicho, genera en nosotros un proceso de
“taponamiento de tuberías” que más tarde, como tiene que salir por algún lado,
simplemente explota y en ocasiones, ocurre con quien no lo merece. Lo asertivo,
sano y conveniente es expresar de manera cuidadosa y con buenos argumentos el
punto de vista que se tiene sobre el asunto.
En todo caso, por distintos motivos, nos resulta difícil
comunicar nuestra posición o nuestros sentimientos de manera clara y efectiva.
Por ello, aquí comparto unas estrategias que utilizo en consulta como pasos
previos en el proceso de lograr la asertividad y que te pueden ayudar a
combatir las explosiones y manipulación y abuso de los otros.
1. Recurrir a la empatía. Hay momentos en que las personas dicen
o piden algo de ti sin tener en cuenta tus necesidades, sentimientos o ideas,
sólo porque están centrados en las suyas. En ese caso, una estrategia efectiva
es preguntar a esa persona: “Si alguien te pide hacer esto mismo que me pides y
tú no estás de acuerdo, ni te sientes cómodo haciendo, ¿Tú qué harías en mí
lugar?” y, si es algo que ha sido dicho, entonces, la pregunta sería: “Si a ti
te hubieran dicho esto que me dices, ¿Cómo te sentirías y cómo reaccionarías tú
ante estas palabras?”
2. Poner un “pare”. Es usual quien es abusador o manipulador
reconoce al que permite ser abusado o manipulado y la práctica se vuelve
constante hasta que el abusado dice “no más” pero, a manera de explosión y continuamente,
con quien nada tiene que ver con el abuso. En esa situación se hace necesario
para el abusado hacer consciente e identificar al abusador y, a sus
palabras ofensivas o agresivas,
responderle: “Ese comentario no me gustó, me hizo sentir incómodo. Por favor,
no lo hagas más.” Y si es una solicitud,
responderle: “No me siento cómodo haciendo lo que me pides. No lo pienso hacer
porque no estoy de acuerdo con ello.”
3. Evitar al abusador de todas las maneras posibles. Cuando no
hay apelación al diálogo que sirva, ni empatía o invitación a la reflexión del
abusador que funcione, pues éste no está dispuesto, entonces, apelas a la
acción, en este caso a tu defensa, huyendo, porque para que haya un abuso se
requieren de dos partes: abusado y abusador, si uno de los dos no está, el
abuso no tomará lugar. Este es el punto en el que sabes que el abusador no es
empático sino egocéntrico, que está centrado en sí mismo, que poco le interesan
tus necesidades o sentimientos aunque hayas tratado de recurrir a su empatía;
o, es el punto en el que poner un pare no sirve en tu caso porque necesitas de
un acompañamiento psicológico al que no puedes acceder y a pesar de haber
intentado parar al abusador por ti mismo, éste insistió y fallaste en el
intento pues, terminaste accediendo.
Aunque los tres tips te sirven para mejorar tu manejo en estas
situaciones y, especialmente el último, son estrategias para neutralizar a un
abusador en específico y te ayuda a solucionar rápidamente la molestia que te
hace explotar, a largo plazo, es preferible optar por un programa psicoterapéutico
a través del cual inicies una reestructuración cognitiva y conductual en
asertividad y manejo de las “explosiones” o represiones.
Fuentes Bibliográficas
http://www.rae.es/drae/
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