sábado, 6 de julio de 2013

Cuando Uno EXPLOTA


“Ya ni sé claramente cómo pasó, sólo EXPLOTÉ y dije cosas de las que ahora me arrepiento tanto…”
 
Una de las acepciones de explotar, según la RAE (Real academia Española), es “manifestar violentamente un sentimiento, hasta ese momento reprimido”. Eso es justo lo que pasa en nuestro interior cuando explotamos: ha habido una represión muy fuerte de ideas, sentimientos o percepciones. Eso provoca que la estructura psicológica de una persona, incluyendo su sistema nervioso y su sistema endocrino,  tratando de encontrar su equilibrio emocional nuevamente, se manifieste de manera inadecuada, poco asertiva y agresiva. Sí, igual que pasa con “saber decir que no”, el “no explotar” también hace parte de ser asertivo.

¿Qué hacer para no explotar y comunicar efectivamente nuestros sentimientos? La mayoría de las veces explotamos cuando nos sentimos abusados de alguna manera, manipulados o decepcionados; cuando sentimos que lo que nos piden hacer/decir o lo que nos han hecho/dicho es injusto, insensato, ilógico, inmoral o dañino para otros o para nosotros mismos. Sin embargo, cuando nos han maltratado, muchas veces decidimos callar y “aguantar” lo que pensamos y sentimos, o, si es el caso, terminamos accediendo a lo que se nos pide en contra de nosotros mismos, de nuestras convicciones. Algunas veces porque nos lo pide o nos lo dice alguien que ejerce poder sobre nosotros, como en el caso de un superior en el área laboral; otras, por miedo a perder el afecto de alguien, como pasa con un amigo, un familiar o nuestra pareja; y, otras veces más, por miedo a que cuando necesitemos ayuda, nos la nieguen por no acceder a hacer lo que pide el abusador, como puede suceder con un colega.

Por cualquier razón, el no expresar nuestra inconformidad con lo que se nos propone o se nos ha dicho, genera en nosotros un proceso de “taponamiento de tuberías” que más tarde, como tiene que salir por algún lado, simplemente explota y en ocasiones, ocurre con quien no lo merece. Lo asertivo, sano y conveniente es expresar de manera cuidadosa y con buenos argumentos el punto de vista que se tiene sobre el asunto.

En todo caso, por distintos motivos, nos resulta difícil comunicar nuestra posición o nuestros sentimientos de manera clara y efectiva. Por ello, aquí comparto unas estrategias que utilizo en consulta como pasos previos en el proceso de lograr la asertividad y que te pueden ayudar a combatir las explosiones y manipulación y abuso de los otros.

1. Recurrir a la empatía. Hay momentos en que las personas dicen o piden algo de ti sin tener en cuenta tus necesidades, sentimientos o ideas, sólo porque están centrados en las suyas. En ese caso, una estrategia efectiva es preguntar a esa persona: “Si alguien te pide hacer esto mismo que me pides y tú no estás de acuerdo, ni te sientes cómodo haciendo, ¿Tú qué harías en mí lugar?” y, si es algo que ha sido dicho, entonces, la pregunta sería: “Si a ti te hubieran dicho esto que me dices, ¿Cómo te sentirías y cómo reaccionarías tú ante estas palabras?”

2. Poner un “pare”. Es usual quien es abusador o manipulador reconoce al que permite ser abusado o manipulado y la práctica se vuelve constante hasta que el abusado dice “no más” pero, a manera de explosión y continuamente, con quien nada tiene que ver con el abuso. En esa situación se hace necesario para el abusado hacer consciente e identificar al abusador y, a sus palabras  ofensivas o agresivas, responderle: “Ese comentario no me gustó, me hizo sentir incómodo. Por favor, no lo hagas más.”  Y si es una solicitud, responderle: “No me siento cómodo haciendo lo que me pides. No lo pienso hacer porque no estoy de acuerdo con ello.”

3. Evitar al abusador de todas las maneras posibles. Cuando no hay apelación al diálogo que sirva, ni empatía o invitación a la reflexión del abusador que funcione, pues éste no está dispuesto, entonces, apelas a la acción, en este caso a tu defensa, huyendo, porque para que haya un abuso se requieren de dos partes: abusado y abusador, si uno de los dos no está, el abuso no tomará lugar. Este es el punto en el que sabes que el abusador no es empático sino egocéntrico, que está centrado en sí mismo, que poco le interesan tus necesidades o sentimientos aunque hayas tratado de recurrir a su empatía; o, es el punto en el que poner un pare no sirve en tu caso porque necesitas de un acompañamiento psicológico al que no puedes acceder y a pesar de haber intentado parar al abusador por ti mismo, éste insistió y fallaste en el intento pues, terminaste accediendo.

Aunque los tres tips te sirven para mejorar tu manejo en estas situaciones y, especialmente el último, son estrategias para neutralizar a un abusador en específico y te ayuda a solucionar rápidamente la molestia que te hace explotar, a largo plazo, es preferible optar por un programa psicoterapéutico a través del cual inicies una reestructuración cognitiva y conductual en asertividad y manejo de las “explosiones” o represiones.   

 

Fuentes Bibliográficas

http://www.rae.es/drae/

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario