Cuando tu palabra pierde su valor, esto es lo que resulta. Tu
nombre, la confianza que todos tienen en ti, se “desvanece” y, de repente,
comienzas a ver cómo se te cierran puertas, antes abiertas de par en par y,
como dice el psicoterapeuta Jorge Bucay en sus “Cuentos para pensar”, es
entonces cuando comienzas a ver la espalda de tus amigos y de tu familia, más
seguido que de costumbre. Es lamentable y es duro, pero es real y cuando
identificas la realidad, ese sólo hecho, logra que inicies tu camino de ir de
ese “yo” en minúscula al “YO” en
mayúscula que inicia su proceso de construcción
No es que tus amigos te dejen a tu suerte a la primera, no, es
que ya no es la primera. No es que tu familia no crea en ti y no te apoye como
debería, no, es que te han apoyado más de lo que debieron. Esta situación
necesita ser vista con detenimiento y cuidado para entender toda la complejidad
del caso y eso toma su proceso.
Cuando tu palabra pierde su valor, significa que eres tú quien
ha pasado el límite del bienestar de los demás. Es decir, ya tus acciones, tus
promesas sin cumplir, y tus no acciones, afectaron el bienestar físico y
emocional de los que te aman. Ya dijeron “no más, hasta aquí”.
Si estás en esta situación significa que requieres de ayuda para
aprender a usar tus habilidades, estudios o conocimientos y así satisfacer con
independencia tus necesidades; que no puedes seguir dependiendo de los otros
para conseguir tus metas y que necesitas desarrollar más la empatía hacia los
demás para ponerte en el lugar de los otros, alejarte de tu perspectiva para
poder ser menos egocéntrico y conocer las necesidades de los demás; y,
finalmente, que necesitas dejar de abusar de ellos, de su confianza, lealtad y
comprensión. Y si, por el contrario, eres uno de los que dijo “hasta aquí con
el abuso” entonces, fuiste asertivo y además buen amigo, hermano, padre o madre
porque tu amigo o familiar necesita cortar la dependencia que le es destructiva
y contraproducente a su crecimiento personal (espiritual, emocional, familiar,
social) y laboral.
Estos son algunos tips que te ayudarán a liberarte de esos
apegos que no te permiten crecer más allá ni desarrollar tu potencial al
máximo.
1. Sé sincero – Siempre es el primer paso de muchos pasos hacia
el éxito. Sé honesto contigo mismo, haz memoria y toma nota de las veces que
has pedido o prestado algo a los demás con la promesa de que lo devolverás y no
has cumplido en tiempo y forma, o las veces que has prometido llegar a tiempo y
no lo haces. En suma, las veces que los demás han confiado en ti y tú los has
defraudado de una forma u otra.
2. Analiza – Haz un
análisis de qué es lo que no te está permitiendo cumplir con aquello que
prometiste en cada caso. ¿Compraste un nuevo vestido o te fuiste de rumba, en
lugar de pagar lo que debías?, ¿Preferiste tomarte un café con tus amigas y
llegaste tarde a tu cita con tu novio?, ¿Elegiste ver tu serie favorita en tu
cama en vez de llevar a tu hijo al parque, como le prometiste?
3. Clasifica – Encuentra las causas y motivaciones para no
cumplir con tu palabra. ¿Es cuestión de organización, de establecer horarios?,
¿Estás poniendo tus deseos y/o caprichos (y no tus necesidades) sobre tu
palabra y sobre las necesidades de los demás?
4. Toma acción – Para ir de lo cognitivo a lo conductual, es
decir de las ideas a la acción, necesitas tener claridad e identificar con
certeza aquellos factores que te están empujando a no cumplir con tu palabra, a
no ser cabal y a haber perdido la confianza de los demás. Por ello, lo ideal es
que después del análisis, empieces a frenar tus impulsos y deseos con un
monitoreo constante de ti mismo que te llevará a formar hábitos deseables que,
en consecuencia, permitan ajustarte a tu
palabra, mantener promesas, cumplir y ganar la confianza de los demás,
nuevamente.
Por su carácter introspectivo y por su necesidad de monitoreo y revisión constante, este último punto es un proceso que toma tiempo y que, con acompañamiento psicológico, sería la manera ideal de llevarlo al éxito. Así que llegado al punto, mi recomendación es que acudas a un profesional en el área. En todo caso, si al leer este artículo, has reconocido que has perdido tu palabra frente a los demás, ya diste el primer paso así que, ¡Ánimo y comienza la batalla para crecer e ir de tu “yo” a tu “YO”!
Credibilidad, facil de perder, dificil de ganar.
ResponderBorrarMe gusto el articulo
Exactamente! La credibilidad es muy fácil de perder cuando no la trabajamos y cultivamos! :)
BorrarYo creo que esto va mas allá del simple hecho de creer o no. Esto envuelve todo. Es por ello que como dice mi abuela: obras son amores mas no palabras. Es mejor hablar con actos. Buen artículo Jassel. Abrazos.
BorrarAsí es, Lisa, la expresión de Santa Teresa: "Obras son amores y no buenas razones" se puede aplicar aquí! Promesas y palabra cuando se vuelven hechos realmente demuestran el amor y compromiso que tienes con los otros. Abrazos! :)
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