domingo, 21 de julio de 2013

La Ansiedad al Extremo

“No aguanté la ansiedad por la entrevista así que me comí todas las uñas, ¿Puedes creerlo?”, “Tenía tanto susto que tuve que salir corriendo al baño, en mitad de mi conferencia porque si no, ni te cuento lo que habría pasado ahí”

La ansiedad es una emoción común, primaria y necesaria para sobrevivir pues todo el mecanismo biológico milenario que la compone, alerta a nuestro organismo para dar la respuesta requerida y salir con éxito de todas las situaciones presentadas. Es la ansiedad la que nos ayuda a observar y escuchar atentamente para detectar cualquier anormalidad cuando estamos en un lugar que consideramos peligroso; la que nos empuja a encontrar las formas para satisfacer nuestras necesidades básicas como el hambre y la sed; la que nos hace correr cuando vemos que nuestro hijo pequeño va a poner sus manitos en la plancha caliente.

Toda la liberación de hormonas que se dio en nuestro organismo para prepararnos para estas acciones, suele terminar poco tiempo después de terminada la situación que la provocó. Pero, para millones de personas en el mundo, desafortunadamente, este proceso no parece tener fin. La ansiedad no desaparece, sigue presente y tiene la tendencia a empeorar con el tiempo. Entonces, se convierte en enemiga del bienestar psicológico y biológico de nuestra vida.

Las personas con ansiedad extrema lo manifiestan psicológicamente y físicamente: pueden tener miedo de comunicarse con las otras, de ir a fiestas, de ser juzgadas por lo que visten, comen, calzan; pueden sentir dolores en el pecho, como si fueran a tener ataques cardíacos; pueden tener fuertes pesadillas; pueden tener miedo de salir de sus casas, de algunos animales y objetos como elevadores y terrazas altas. Cuando la ansiedad comienza a paralizar su vida normal entonces, estas personas ya comienzan a presentar trastornos de ansiedad.

La ansiedad que puede provenir de situaciones o pensamientos que requieren de tener un estado alerta, se termina convirtiendo en un sentimiento indeseable de miedo constante, desasosiego e intranquilidad y preocupación por el futuro, por lo que podría pasar si digo tal cosa, por lo que podrían pensar o sentir los demás de mí si hago esto o aquello, etc. La fuente de estos síntomas no siempre se conoce, por ejemplo, algunos tienen raíces en la historia personal de cada quien, en su estado psicológico incitado por las situaciones de estrés, otros tienen fuerte relación con la historia genética y médica familiar y otros, fuentes orgánicas como desbalances hormonales anormales.

¿Qué podemos hacer para nivelar nuestra ansiedad?

Definitivamente, lo mejor es buscar ayuda profesional, especialmente si está afectando nuestra vida regular o si nos encontramos paralizados por la ansiedad y nos encontramos evitando decisiones y acciones importantes en nuestra vida. Sin embargo, si el nivel de ansiedad que estás manejando es molesto pero no paralizador, entonces, para iniciar el balance, se puede empezar por hacer pequeños cambios en estilo de vida:

1. Practica una vida sana – Busca tener una alimentación saludable, dormir las 8 horas necesarias o mínimo 7 y hacer ejercicio de manera balanceada. También evita el café, el alcohol, la nicotina, cocaína u otras drogas psicoactivas pues éstas alteran el mecanismo de alerta que maneja la ansiedad, afectándolo negativamente. De igual manera, sucede con medicamentos para el asma, la tiroides y pastillas para adelgazar, entre otras. Por ello es importante que si te encuentras tomando algún medicamento, preguntes a tu médico si puede tener efectos como aumentar tu frecuencia cardíaca, darte sudoraciones o mareos.

2. Relájate – Hoy en día en nuestro mundo occidental ya hay muchas formas para aprender y practicar los distintos tipos de relajación tan utilizados en el mundo oriental; hasta en los gimnasios ya ofrecen clases de yoga. También puedes buscar academias que ofrezcan tai chi y meditación.

3. Ríete más de ti y de las cosas de la vida – Comienza primero por reírte de ti mismo; no te tomes tan en serio, muchos de tus errores han sido cometidos, son cometidos y serán cometidos por ti, muchas veces y por tus amigos, familia y colegas, otras veces más, por eso no creas que es el fin del mundo cuando tomas la decisión equivocada o cuando dices o haces algo errado; todos somos humanos todos nos equivocamos, y por supuesto, todos nos divertimos o nos hemos reído de las “embarradas” de nosotros mismos o de los demás. Lo importante no es el error, no es lo que piensen los demás de ti, es como lo tomes para aprender de él.

4. Diviértete más – Sácale el tiempo para compartir con personas con las que disfrutas: tus amigos, tu familia. Ve al cine, al parque, al club. Prueba aprender a tocar un instrumento o escuchar música y cantar; cantar es un liberador mágico, especialmente cuando descubres ciertas canciones con las que te identificas y que te ayudan a liberarte. Otro liberador mágico es llevar un diario a través del cual pienses cada noche acerca de todo lo que puede estar causándote estrés y donde puedas explicar lo que sientes que te está sucediendo y las sensaciones que te causan.
 
5. Habla, exprésate, comunícate – Para evitar malos entendidos por desahogarte con quien no debías, busca un profesional de confianza que te escuche. Con frecuencia, simplemente el hablar produce esa catarsis que necesitas para sentirte mejor. También puedes acudir a grupos de apoyo y líneas de ayuda.
 

Fuentes Bibliográficas


5 comentarios:

  1. Excelente articulo. La verdad es hay que tener tiempo para uno, el problema es que las personas no se dan su tiempo, y muchos son adictos al trabajo.

    Me gusto mucho lo expresado.

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    1. Así es... el asunto, si el problema de ansiedad es generado por la adicción al trabajo, sería entonces, ¿por qué se tiene esa adicción al trabajo? y ahí comenzar la introspección y el trabajo terapéutico consecuente. Saludos! :)

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  2. Me encantó artículo Jassel. Que impresionante todo lo que la ansiedad y el estrés pueden causar.

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  3. Me encantó tu artículo Jassel. Que impresionante todo lo que la ansiedad y el estrés pueden causar. Saludos

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    1. Gracias, Debborah! Sí, así es, a veces no somos conscientes de todo lo que genera la ansiedad en construcción, cuando la manejamos adecuadamente y en destrucción, cuando no podemos gestionarla con asertividad e inteligencia emocional! Abrazos!

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